He acabado la Torre Oscura.
No ha sido fácil, pero lo he conseguido, acompañé a Roland hasta donde me fue posible.
El libro es un relato que habla de la interminable búsqueda de la Torre Oscura por parte de Roland, quien para conseguir su objetivo tiene que sacrificar a su madre, a sus amigos, a sus enemigos e incluso a su hijo, porque la Torre está en medio de los mundos y está siendo amenazada por unas terribles bestias.
En esté último relato se responden a casi todas las preguntas que el autor plantea en el libro, y deja algunos interrogantes que ponen a pensar al lector constante, no sin antes concluir magníficamente la historia.
Estoy completamente sin palabras, ha sido la mejor historia que he leído, tanto por sus personajes bellamente definidos como por su historia particular. Roland es también el mas particular de los personajes que haya leído porque no es bello, ni perfecto, y no es bueno en los términos coloquiales, porque es un matricida y un asesino profesional; ha matado a hombres malos, pero también a personas que no lo merecen y es capaz de soltar a una persona en un abismo, sólo por la esperanza de alcanzar sus objetivos. Pero eso es Roland: un personaje completo y no tan plastificado como en la mayoría de las historias.
Sus personajes secundarios son igual de particulares porque quienes lo acompañan en la mayor parte del trayecto son escorias poco útiles en cada mundo: un heroinómano, un niño de 10 años que no es capaz de sonarse los mocos y una mujer negra sin piernas con doble personalidad. Y todos serán con el tiempo unos asesinos.
No me queda más que recomendar el libro que, de lejos, es uno de mis favoritos tanto por la trama tan compleja como por la riqueza de sus personajes e historias particulares. “Ve pues hay otros mundos aparte de estos”, aunque a estas alturas es mejor decir “El hombre de negro huía a través del desierto y el pistolero iba en post de él”.
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